Este
es el más triste.
Era el 21 de Julio. Habían llegado unos
familiares de Puerto Rico. Habíamos comido y
tan pronto como llegaron empezaron a poner pegas a mi Maya. Y yo
influenciado por mi mujer había
preguntado una guardería para que
ella estuviera allí unos días y esa misma tarde la llevé. El día siguiente fui
a verla y no había dejado de maullar y se sentía abandonada. Y Ese mismo
día volvió mi hijo a verla y la tuvo en brazos. El día siguiente me llamó la
veterinaria diciendo que no la fuéramos a ver pues se estaba deprimiendo. Pero
la gran sorpresa fue cuando el viernes de esa semana íbamos a irnos al pueblo de Hervás y mi mujer
pasó por allí y vino al coche llorando
por Maya pues la encontró triste. Y ese mismo día hablé con mi hijo y
fue a por ella pues hacía tres días que no comía según la veterinaria. La llevó
a Aldeanueva de la Vera, a un corral que tenía con otra gatita Pilar, la que
nos la había dado cuando era pequeñita y habíamos criado con biberón. Desde
entonces había sido la niña de la casa.
. La llevábamos al pueblo y era feliz
yendo y viniendo a la casa desde el campo y estábamos pendientes de ella las
veinticuatro horas del día. Ese día 23, fue el día maldito para nosotros y
ella, pues el día veinticuatro fueron a
verla y ya no la encontraron y desde ese día la estamos buscando, poniendo
carteles con una foto de ella, mandando
echar pregones desde el lunes siguiente. Íbamos todos los días mañana y
tarde a ver si había suerte y nos llevábamos una alegría. Incluso, una de esas
noches mi hijo se fue y durmió en el coche a la puerta del corral por si
volvía.
Hoy estamos a treinta
y uno de Julio y seguimos esperando que alguien de allí nos llame diciendo que
ha visto a mi gatita.
Ayer cuando venía de Madrid del chalet de Manolo, mi cuñado me paseé por el
pueblo (Aldeanueva de la Vera) y mandé
echar otro pregón. Eran las once y media y para ello había madrugado y
salido de Corepo ( Pedrezuela) a las siete y cuarto de la mañana. “Familia
angustiada por la pérdida de una gata, blanca con lomo y cola canela
pide ayuda para encontrarla. Notificar
en el Ayuntamiento “. Tal vez no me cran pero es cierto que he llorado
mucho por ella y lo seguiré haciendo mientras no la tenga en mis brazos.
Me queda
un no sé qué pues no me he despedido de ella ni la vi el último día y sobre
todo porque no sé si está muerta o viva o si se perdió o la han raptado, pues
era muy mansa y pudo acercarse a alguien y raptarla o al menos eso quiero pensar pues mientras esté viva existe la posibilidad
de volverla a tener conmigo y ojalá eso sea pronto.
Seguiré
esperando que si la han raptado algún
día me digan que vaya a por ella, algo que haría de inmediatos y sin pensarlo,
pues sin ella al menos por ahora no puedo vivir pues he llegado a pensar que
para qué aunque eso no está
bien, pero para mí lo era todo, pues estaba siempre conmigo y si yo salía a
hacer algún encargo al volver estaba a la puerta esperando y si en casa yo dormía, ella también y si yo iba de un
lado para otro ella siempre detrás o delante y si estábamos en casa y venía mi
hijo ya antes de tocar a la puerta, ya sabía que era él. Si yo
leía el periódico ella se echaba junto a mí como si estuviera escuchándome lo
que yo leía.
No
sé qué clase de alma o inteligencia tenía pero ella lo entendía todo. Por las
mañanas ahora en verano a las seis de la mañana
se ponía a maullar junta a la puerta de mi dormitorio llamándonos y si
nos levantábamos ella se echaba junto a nuestros pies y no volvía a maullar.
Le
gustaba que la cogiera en mis brazos y
se dormía cuando la cogía como un niño pequeño. Gateaba y se subía para que la cogiera y a los
hombres y prueba de ello son los arañazos que tengo por todas las partes de mi
cuerpo.
Ahora ya no hay que preocuparse de dejar
la tapadera del servicio bajada pues ella quería beber en cualquier sitio, Lo hacía como podemos ver de cualquier
grifo- Ya no hay que cerrar puertas de dormitorios o armarios pues ella se
metía en cualquier lugar. Ella se sentaba o se echaba junto a nosotros y se
dormía relajada. Y no lo hace, pues no está.
Hoy
1 de agosto hemos vuelto al pueblo y hemos estado allí hasta la una
del día y cuando hemos vuelto a casa, sentados en el comedor hemos
estado los tres llorando y no sé hasta
cuándo será, pues no soy capaz siendo
superior a mi fuerza el no tenerla con nosotros, el no sentir su presencia.
He encontrado este párrafo en internet y
me ha servido de gran consuelo.
Jueves, 7 de enero de 2010 | 18:23
No te sorprendas si en algún momento vuelve. Yo tuve
una gata que regresó a los 6 meses de desaparecida
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