sábado, 20 de marzo de 2010

Ciruelos en flor

ciruelo en flor

PRODUCIÓN AGRÍCOLA.

Los frutos en estos años en que viví, década de los cincuenta, lo más sembrado eran en verano los tomates y las patatas. Estas se recogían en el mes de Junio. Eran vendidas por camiones, exportadas a otras provincias más o menos cercanas.

Los tomates por su buen sabor eran apreciados en otras regiones. Quizá su buen gusto, venía dado por sus aguas y por su cultivo ecológico, cosa a lo que ahora se da tanto valor. También se exportaba en su momento los higos frescos. Higuera

No así los pasos. Estos sólo se secaban en las paseras para consumo propio en la estación invernal.

En productos perecederos se autoabastecía, ya que de todo se tenía un poco, pues no podía ser de otra forma por estar un poco aislado pues años atrás no muchos, no tenía ni carretera.

También se cultivaba el tabaco. De ello sé que se cortaba cuando estaba hecho, y se colgaba en los corrales, incluso en las casas, en pasillos y desvanes. Y cuando llegaba el mes de Diciembre, cuando se ponía un poco húmedo, ya seco se amanillaba y en fardos se mandaba al centro que para ello había en Plasencia. El tabaco que se sembraba era el negro, hasta que años después empezaron nuevas variedades[1]entre las cuales estaba el Virginia y el rubio.

Ya avanzados los años sesenta, empezaron nuevas plantaciones de algo muy reducido anteriormente, los cerezos y ciruelos de la variedad más apreciada tanto para comer como para conservas, la Claudia.

En eso años, en que yo era niño o joven, se sembraban: cereales, ya cebada, centeno o trigo, además de las hortalizas, y verduras para consumo propio. El lugar donde más se sembraba sobre todo el trigo el año que se sembraba, pues alguno se dejaba para barbecho, era la dehesa.

No he querido agotar en una descripción pormenorizada sino algo que defina un poco la forma de vivir y sus medios económicos.

Pero antes de terminar esta ligera enumeración quiero exponer de una forma rápida, que raro era la familia que no tenía bien una mula, un caballo o yegua y en otros muchos casos ese burrito a quien era fácil alimentar y manejar con menos trabajo, por su altura. Eso a pesar de que el rendimiento era menor que el de los otros jumentos.

Los huertos, en líneas generales, eran pequeñas parcelas y siguen siendo así, pues el terreno no permite otra clase de propiedades; primero, porque la orografía no lo permite y segundo porque son muchas las participaciones que se han ido haciendo a través de los años entre distintos herederos. Las herencias se reparten entre todos los herederos, lo que ha llevado a tantas divisiones, reportando un bien pues si se hiciera como en el norte solo uno se hubiera quedado y los demás hermanos hubieran tenido que emigrar a otras tierras, Hay algunos lugares como la “Pedriza” donde en toda la zona están hechos en líneas generales a base de recoger piedras y amontonarlas en paredaños[2] de grandes dimensiones; otros como los Mijares se prestan a huertos más grandes en sus dimensiones. Casi todo el término en cuanto a huertos está formado después de muchos años y mucho trabajo.

Hay un detalle de cómo se vivía en fiestas en esos pueblos de los que he hablado. En sus fiestas los divertimentos para los chiquillos eran entre otros el gastar esos céntimos o perras que se daban los días de fiesta.

Durante varios años, corrían ya los años cuarenta, final de la década, todavía se pasaba hambre. Recuerdo cuando aún no alcanzaba la decena, que eran malos tiempos.

Había racionamientos entre otras cosas de pan. Los panes estaban divididos en cuatro raciones y se repartían por raciones según el número de miembros de la familia. El pan era negro y si mal no recuerdo de centeno y no de harina blanca. Cada vez que recuerdo aquel pan no puedo por menos de comparar las distintas corrientes de alimentación. A falta de pan blanco, buenas son tortas. Comer aquel pan era signo de miseria, al contrario de hoy que el pan de centeno vale más caro que el blanco. Hoy día lo llamamos pan integral y no negro como entonces. Aquel pan se llamaba "perruna" pues era parecido al que se le echaba a los perros.

El que tenía harina de su cosecha iba a alguno de los hornos que había y pagaba por cocerle el pan. También se pagaba con una parte del producto el coste de la molienda. En general todo o casi todo funcionaba con el trueque. Había dos tahonas. Una de ellas era la de los colorines y otra donde se iba a cocer los dulces. Esta última no era la oficial. También en esta tahona cada uno pagaba por cocer sus panes y no se comía pan recientes sino de muchos días. Eran metidos en tinajas. Tenía los que llamábamos canteros y lo que más gustaba a los niños pues algunas veces cuando se iba a comer el pan ya le faltaban todos los canteros[3].

También recuerdo un molino que estaba a la salida del pueblo, garganta arriba y otro mucho más arriba que lo llevaba uno de Aldeanueva del Camino. Este subía todos los días y por las tardes bajaba y uno de esos días, recuerdo que me mordió un perro del dueño junto a mi puerta de la que soy dueño en la actualidad.

Al hablar de molino en el interrogatorio al que nos estamos refiriendo dice en el 40: "No se conocen en este pueblo maquinas algunas, ni se encuentran mas molinos que uno muy cerca de la población en aguas de la garganta que baja del Puerto de Hondura, el cual es de harina, que por la escasez de agua no muele en los tres meses de julio, agosto y septiembre".

Este molino le llamábamos “Farrungao” y ahí está pero ya en mucho peor estado llegando a no reconocerse como tal pues pocas son las piedras sobre piedras que quedan.

Debido a la venta que se hizo al duque de Alba como hemos dicho en párrafos anteriores "quedando este pueblo circularmente cerrado por la jurisdicción vendida, queriendo dominarlo todo como si fueran sus absolutos señores. , mirando a este infeliz pueblo, que Su Majestad reserva para sí, como si en todo estuvieran sujetos a sus disposición; sobre lo cual se han suscitado infinitos pleitos, que aun con la razón de su parte, siempre ha llevado la peor parte, con grave detrimento de su estado a causa de pobreza y sinceridad cristiana; todo lo cual ponemos en la recta consideración de esta Real Audiencia para que enterada por mayor de semejante asunto, si es de su agrado tome los medios que dicte su piadoso celo y recta prudencia, a fin de que estos pobres vecinos se vean libres de semejante esclavitud, que ha tanto años que los oprime"

Firmado en este lugar de Gargantilla, .... a nueve de marzo de mil setecientos noventa y uno años.


[1] En otro lugar hablamos del tabaco que se recogía, y cómo en una segunda cosecha des los retoños que brotaban de nuevo, y eran aprovechados para fumar, el que no lo cultivaba.

[2] Es una pared hecha por acumulación de muchas piedras que a la vez que en algunos casos sirven para dividir una posesión de otra, tiene como fin amontonamiento o acumulación de todas las piedras, extraídas de ir limpiando las parcelas, hechas con el trabajo del correr de los tiempos.

[3] Seguro que el uso de esta acepción no es conocida por muchos. Es la forma que se le daba al pan redondo que se tronchaba fácilmente sin necesidad de cuchillo. El pan con picos es otra cosa.

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