Hemos vivido casi igual que los griegos. Ahora los socialistas deberían apoyar las reformas del Rajoy si no queremos caer en ese pozo. Si hubieran ganado las elecciones pasada ya nos hubieran intervenido pues estaban despilfarrando igual que los griegos. Estaban dando lo que no tenían y el agujero se estaba haciendo cada vez más grande y a pesar de eso estamos en peligro constante por la herencia heredada de unos manirrotos, endeudándose mas de lo debido. Cómo es posible que tengamos en España más funcionarios que en Alemania a pesar de que ellos tienen el doble de habitantes.
Duráis cree que Grecia necesita “trabajo, respeto y verdad”. “Y bajar la cabeza, porque desde niños nos han inoculado delirios de grandeza”, añade. Son muchos los que, como él, piensan que una cura de humildad puede resultar positiva. En general, los griegos se culpan a sí mismos (y a sus políticos) por las décadas de derroche, clientelismo público y endeudamiento.
Los salarios públicos han sido recortados de forma drástica. Tras los antiguos excesos (un chófer ministerial podía ganar 4.300 euros mensuales), el otro extremo: el salario de un profesor de primaria ha pasado de 1.200 a 600 euros. Los enfermos tienen que pagar sus propias medicinas, y confiar en que el Estado les reintegre algo algún día. En dos años han cerrado más de 500.000 pequeños negocios. Las tiendas están vacías. Los bancos sufren una continua sangría de depósitos y en cualquier momento puede desatarse un pánico colectivo que acabe con el sector financiero y con el euro. El dinero casi ha dejado de circular.
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