viernes, 13 de diciembre de 2019

Capítulo2
 Así entré a formar parte de esta casa O MEJOR DE ESTA FAMILIA, MI FAMILIA.

 Me  voy a presentar para que todos sepáis quién soy o mejor cómo era yo pues  ya hace cuatro meses que nada saben de mí..
Nací un 1 de junio  de 2.011. En este mes nacimos los cuatro de esta familia. Yo era pequeñita pues según me cuenta tenía  pocas días cuando me separaron de mis otros hermanos y fui adoptada en esta familia donde  me he criado. Ellos me dieron mis primeros biberones y me enseñaron  a hacer mis necesidades ya desde  pequeñita en  mi cuarto de aseos, pues como todos sabéis los gatos somos muy limpios en todo, incluso en  nuestro aseo personal pues  nos aseamos  muchas veces al día.
Al día de hoy ya con tres años y tres meses mi peso es superior a 2.300 gramos
Tengo muchas cosas comunes con otros de mi raza pero cada uno es como es.
        Como cualquier otro animal de mi especie me distingo por  mi fiereza y mal genio pero soy única, bien sea por  mi pelo blanco aunque  según me he ido haciendo mayor  y una parte de ello según me he ido haciendo adulta he ido cambiando y tengo parte  canela sobre todo si me miras  desde arriba aunque si me miras de frente soy  blanca y  por encima  lomo y cola atigrado canela.
Desde pequeñita tengo mi  pasaporte, algo por otra parte necesario cuando  nos trasladamos por  días al pueblo. En él consta   mi identificación y mi carnet sanitario con sus revisiones de vacuna y mi chip que  llevo en el cuello en el lado izquierdo.
Antes  de otras cosas he de  decir que siendo muy pequeña, un bebé me caí desde un tercer piso desde una ventana por intentar agarrarme a una cuerda de un tendedero. Mi madre adoptiva se asomó a la ventana desde otro dormitorio y me oía maullar durante unos segundos y   enseguida dejé de hacerlo, lo que le indujo a creer que me había muerto pues quedé toda magullada. Pero no fue así.  Mi  padre y mi hermano adoptivo bajaron corriendo según me contaron al patio donde  fui a dar con mis huesos y tuve suerte  que estuvieran los vecinos y pudieron salir a él y me cogimos en brazo con mucho cuidado y de inmediato llamaron a un veterinario  de guardia y con mucho cuidado me llevaron  en brazos a la clínica y esperamos un poco hasta que llegó, con  dolores por todas partes. Por primera vez me anestesiaron para poder explorarme debidamente pues ya desde pequeña  me cuentan que no era buen paciente. Estuve unos cuantos de días convaleciente  sin poder andar pues me había golpeado en las caderas y sin apenas comer.  Como es lógico me pusieron analgésicos.
Ya  tenía  puestos  las vacunas correspondientes. Desde entonces cada vez que hemos vuelto a la clínica  me han tenido que sujetar con un cepo  pues  soy muy rebelde y como dije antes, mal paciente.
Según pasaba el tiempo y ya iba teniendo más necesidades me iban comprando  lo necesario, como una cunita donde  dormir cuando  no aprovecho para hacerlo en el sofá donde me encuentro muy a gusto. También me compraron una manta pequeña y de vez en cuando  algún juguete, como un ratoncito, bolas  de lana y otros.

Mi madre adoptiva, me cuentan que nunca quiso tener  mascotas en casa pero cuando yo llegué  todo fue distinto. Llegué como un capricho y ahora me quieren todos y me tratan como una reina. Tengo todos los capricho habidos y por haber. No pueden vivir sin mí. Y ahora entienden mejor a todos los que tienen  una mascota en casa, algo que  antes no entendían. Criticaba a los que los tenían y ahora lo entienden. Lo entienden mejor porque no les traicionamos como hacen entre ellos los humanos. Al menos yo soy fiel y no tolero bien las traiciones.

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